Si tuviera que escribir en tercera persona como si no hablara de mi misma diría lo siguiente:

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Sayonara o como a mi me gusta llamarla, Dani, se siente incomoda con las formas comunes para autodefinirse y se niega a andar caminos ya dibujados. En el ejercicio de conocerse, disfruta pasar tiempo con la gente y pensar en círculos sobre un mismo tema hasta que se vuelve gracioso. Nunca ha tenido claro si es artista o no, tampoco sabe quien lo determina y por qué, ni siquiera esta segura de querer ser llamada de esa forma, este es uno de los temas sobre el cual piensa en círculos. Sin embargo, crear con las manos siempre ha sido una necesidad para ella y entiende el arte como puentes que conectan universos de sentido. Así como un lenguaje no escrito, no pactado, que logra transmitir y representar aquello que las palabras, a veces, no pueden.

 

Actualmente su única metodología es la travesura y dedica el 100% de su tiempo a jugar y a pasear con Brisa, su perra. Aunque considera que las técnicas son medios y no fines, lleva varios años ahogada en mares de hilos y telas, creando mundos textiles que sean blanditos para personas tan sensibles como ella. Sus principales referentes son sus amigas y bordadoras emergentes que desafían lo convencional y auto gestionan sus proyectos; también hacen que no se sienta tan sola en el quehacer creativo